Como
todos sabemos, la historia estudia el pasado del hombre desde que éste apareció
sobre la Tierra. Sin embargo, los historiadores acordaron organizar este pasado
en dos grandes períodos: la prehistoria y la historia, señalando como división
entre ambos la aparición de la escritura, hecho sucedido aproximadamente en el
4.000 a.C. En la actualidad, esta separación es replanteada por la comunidad
científica pues los investigadores reconocen que no todos los pueblos del mundo
conocieron la escritura en el mismo momento, por lo tanto, no entraron en los
tiempos históricos todos juntos.
Métodos para fechar el pasado
El
investigador que se dedica a estudiar la prehistoria, al no poder contar con
documentos escritos, trata de reconstruir el pasado basándose en los restos
culturales encontrados. Para poder establecer la antigüedad de estos restos, se
utilizan métodos especiales. Sin embargo, las fechas en el período prehistórico
son siempre aproximaciones.
Uno
de los primeros métodos desarrollados fue la dendrocronología, que consiste en
observar los anillos de crecimiento presentes al cortar un tronco de árbol.
Analizando entonces los troncos, o los elementos hechos con madera de los
mismos, es posible deducir su antigüedad pues a cada año corresponde un
determinado tipo de anillo presente en todos los árboles.
Otra
forma de datación es el análisis de los sedimentos de materiales de origen
glacial, que han sido arrastrados por los ríos y torrentes en los deshielos
primaverales, hacia el fondo de los lagos. Estudiándolos, se pueden conocer
fechas relativas a la vida de los hombres que habitaron sobre esos materiales.
Sin
embargo, los métodos más exactos son los desarrollados en tos últimos años,
gracias a los adelantos de la física nuclear, como el del carbono-14, que mide
lo que queda de carbono-14 en los restos encontrados, ya que todos los
organismos vivos incorporan este elemento durante su vida y lo van perdiendo
paulatinamente luego de muertos. Como el ritmo de esta pérdida puede ser medido,
conociendo lo que queda en los diferentes materiales se sabrá su antigüedad.
Otros métodos basados en la física nuclear son el del potasio argón, que se
utiliza para poner fecha a las rocas volcánicas muy antiguas, y la
termoluminiscencia que posibilita establecer la fecha de cocción de las
cerámicas.
La edad de piedra
Es la
etapa más antigua de la humanidad, en ella aparece la piedra como el principal
material trabajado por el hombre.
Esta
edad comprende dos períodos bien definidos, el paleolítico (de paleo: “antiguo”
y litos: “piedra) o edad de piedra antigua y el neolítico (de neo: “nuevo” y
litos: “piedra’) o edad de piedra nueva. Entre uno y otro período, se encuentra
un período de transición: el mesolítico (de meso. “entre” y litos: “piedra”).
El Paleolítico: Es el período que se extiende desde
hace aproximadamente 2.000.000 de años, hasta 10.000 años atrás. Durante el
mismo, los hombres comienzan a fabricar las primeras herramientas, en un
principio muy simples, las que fueron perfeccionando cada vez más.
La
preocupación principal era conseguir alimentos y defenderse de los grandes
animales que recorrían la Tierra, o de cualquier otro peligro que la naturaleza
presentara. La forma de vida era nómade y los hombres se alimentaban de la carne
que obtenían de animales muertos, y de los frutos, hojas o raíces que pudiesen
recolectar. No producían su alimento, sólo lo consumían. Con el tiempo
aprendieron a cazar y entonces fabricaron armas y elaboraron técnicas de caza,
actividad que realizaban en cuadrillas, que requerían de una mínima organización
social. Para su mejor estudio, el período paleolítico puede separarse en tres
etapas: paleolítico interior, medio y superior.
Paleolítico inferior: En esta etapa el hombre
vagaba por la Tierra en pequeños grupos, probablemente construyendo chozas para
protegerse cuando el clima era cálido y refugiándose en cuevas o en cavernas si
el clima era frío, pues la naturaleza ha provocado en los últimos 3.000.000 de
años importantes cambios climáticos en los que se sucedieron períodos cálidos,
seguidos de períodos fríos conocido como glaciaciones , en la que grandes masas
de hielo cubrieron extensas superficies continentales.
La
principal herramienta era el hacha de mano que se usaba para cazar, raspar, y
cortar. En esta época el hombre descubrió, tal vez la de manera accidental, el
fuego, que le permitió cocinar sus alimentos , alejar a las fieras, protegerse
del frío e iluminarse en la oscuridad.
Paleolítico Medio: En esta etapa los grupos humanos
se hacen más numerosos y perfeccionan sus herramientas fabricando puntas de
flechas, raspadores y hachas de mano. Aparecen también los primeros vestigios de
una cultura espiritual pues idearon ritos fúnebres. Enterraban a sus muertos en
tumbas especiales junto a trozos de carne y otros elementos, lo que mostraría
que los hombres, ya en esta época, habían imaginado alguna forma de continuación
de la vida.
Paleolítico superior: Aquí los hombres están mejor
equipados para enfrentar los peligros y sacar ventajas de la naturaleza. A la
piedra se agregan el uso del hueso y del marfil, materiales con Los que se
fabrican instrumentos cada vez más específicos, apareciendo entonces punzones o
buriles para agujerear, raspadores, arpones para pescar (ya que se incorpora
esta actividad), lámparas de mano en las que se quemaba grasa, para iluminación,
y primitivas agujas que, enhebradas con crines, permitían coser pieles.
Se
cazaban mamuts, renos, bisontes, vacunos salvajes y caballos. Para ello el
hombre incorporó el arco y la flecha y los dardos. La caza se realizaba en
grupo, existiendo una cierta división de trabajo entre los sexos. Había algunos
intercambios entre las comunidades, lo que mostraría que los grupos no estaban
totalmente aislados entre sí.
Los
enterramientos continúan con ritos más complejos. Se han encontrado pequeñas
esculturas que se usaban, probablemente en ritos relacionados con la fertilidad
y pinturas de animales, sobre todo mamuts, bisontes y renos, en la superficie
rocosa de algunas cuevas. A este tipo de pintura sobre roca se la denomina
“rupestre” y constituye una de las primeras manifestaciones artísticas de la
humanidad.
El Mesolítico: Cuando finalizó la Era Glacial, la
selva avanzó e invadió las grandes estepas. Esto produjo la emigración y algunas
veces la desaparición de los animales que vivían en ella y que servían al hombre
de alimento. Los grupos humanos, entonces, se diseminaron por la selva y se
ubicaron en las orillas de los ríos. Sobrevivieron cazando animales salvajes,
aves y peces. La madera, obtenida fácilmente en las selvas, se utilizó con
intensidad. En las zonas frías aparecen los trineos, tirados primero por hombres
y luego por perros. Los hombres continuaron siendo nómades, pero en algunas
regiones, con suficiente agua y alimentos, aparecen asentamientos más estables.
El Neolítico: Comenzó hace aproximadamente 10.000
años y sus transformaciones son tan importantes que los historiadores las llaman
“la revolución neolítica”. El hombre comienza a producir sus alimentos a partir
de la domesticación de plantas y animales: el paso decisivo fue plantar
deliberadamente semillas en un suelo adecuado y cultivar la tierra. Las primeras
plantas obtenidas fueron el trigo y la cebada, a las que se incorporaron luego
el arroz y las arvejas. Los excedentes de la cosecha se almacenaban en graneros,
permitiendo que los hombres pudiesen guardar alimentos para los períodos de
escasez. También aparece la alfarería, como una necesidad, pues había que
fabricar recipientes para contener las semillas y los granos.
De
algunas plantas, como por ejemplo el lino y el algodón, se obtendrán
posteriormente fibras, que hiladas en los husos y tejidas en telares se
convertirán en telas, dando inicio a la industria textil.
Con
respecto a los animales, probablemente haya sido la observación de los mismos lo
que puso de manifiesto que esas bestias podían ser domesticadas y convertirse en
una importante reserva de alimentos y pieles sin necesidad de matarlos, como es
el caso del ovino, que provee lana y leche.
Las
viviendas estuvieron hechas en barro, cañas, leños o piedras, y las herramientas
para construirlas fueron más específicas. Entre ellas se destacó el “hacha de
piedra pulida’, que se realizaba en una roca de grano fino y luego se afilaba
por medio de un pulido a base de arena. El dominio de la agricultura hizo a los
hombres sedentarios y aparecen, entonces, las primeras aldeas y con ellas el
crecimiento de los grupos familiares, la división del trabajo y la organización
social.
Edad de los metales : Es la
etapa en la cual el hombre descubre el uso de los metales y ¡os incorpora a su
cultura para fabricar distintos elementos. Aparece entonces la metalurgia. Los
historiadores reconocen tres edades de los metales, según el material usado con
más intensidad: Edad de cobre, Edad de bronce y Edad de Hierro. El cobre fue el
primer metal utilizado, seguido del bronce, cuando el hombre aprendió a fundir
cobre con estaño. Con estos metales se hicieron cuchillos, espadas, puñales,
vasijas, adornos, herramientas, etc. Por último apareció el hierro, pero el uso
de este metal, que permitió la fabricación de armas, herramientas y otros
elementos de gran dureza, se logró alcanzar recién en los tiempos históricos.
La
prehistoria es entonces, es período fascinante de la humanidad donde todo está
por hacerse y donde todo es posible.
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